El cultivo en invernaderos también requiere del desarrollo de medidas que garanticen su protección frente a la proliferación de plagas y enfermedades.
El hecho de que el potencial productivo de la agricultura haya estado condicionado, tradicionalmente, a la evolución de las condiciones ambientales externas, sobre todo en cuando a aspectos como la temperatura, la radiación solar directa o la humedad, ha dado lugar a un creciente interés y desarrollo exponencial del cultivo en invernaderos en nuestro país.
De esta forma, a partir de la implementación de este tipo de recintos, se consigue un control prácticamente exhaustivo de estos factores ambientales, estableciendo las mejores condiciones para fomentar el desarrollo óptimo de cosechas en cualquier entorno y, a su vez, reduciendo la dependencia estacional.
No obstante, a pesar de esta mejora sustancial de las condiciones externas, estos cultivos también están expuestos a la presencia y proliferación de amenazas agrícolas, derivadas de la aparición de plagas, enfermedades o malas hierbas, que pueden afectar negativamente a su desarrollo y crecimiento óptimo.
Por eso queremos concentrar nuestra atención en aquellas medidas que es conveniente poner en práctica para contribuir a favorecer la sanidad vegetal de aquellos cultivos que se desarrollan en invernaderos, y que pasamos a desgranar a continuación:
- En primer lugar, y en la medida de lo posible, será conveniente que fomentes la rotación de cultivos en tu invernadero. Si bien este tipo de recintos agrícolas permite la consecución de varias cosechas al año, la repetición de cosechas de una misma variedad vegetal implicará un mayor riesgo de agotamiento de los nutrientes naturales del suelo y, lo que puede resultar más problemático, la generación de un hábitat proclive para la aparición de amenazas especializadas en dicha especie.
- Asimismo, si bien es esencial que un invernadero cuente con una ventilación adecuada, para favorecer la renovación del aire que se encuentra en su interior, lo más recomendable es que esta se lleve a cabo mediante un sistema de filtrado de aire que evite, en la medida de lo posible, la entrada de agentes que puedan ser nocivos para los cultivos.
- Del mismo modo, también será preciso extender este control al acceso de personas y equipos agrícolas al recinto, así como al agua de riego, para reducir el peligro de que puedan “favorecer” la introducción involuntaria de estas amenazas microscópicas, adheridas a la ropa o los utensilios de labranza.
- Otro elemento a tener en cuenta será la consideración de los beneficios que puede aportarte la incorporación de fauna auxiliar dentro de tu invernadero, como medida para reducir el atractivo natural de estas explotaciones para las plagas que pueden afectarle.
- Para finalizar, será conveniente que te informes sobre aquellos productos y tratamientos fitosanitarios que resultan más adecuados para la prevención y protección de tus cosechas de invernadero, en función del cultivo elegido y de las condiciones específicas asociadas a este tipo de recintos agrícolas.
Publicado en Aepla