El suelo es un sistema cuyas propiedades físicas, químicas y biológicas son determinantes para la consecución de un desarrollo óptimo del cultivo.

Incrementar la fertilidad del suelo no sólo repercutirá sobre la correcta nutrición del viñedo, sino que influirá sobre la susceptibilidad fisiológica del cultivo a los insectos plaga. La fertilidad biológica, pero también la física y la química dependen de la comunidad diversa de seres vivos presentes lombrices, hongos, bacterias, protozoos, artrópodos y algas.

La función de estos organismos es reciclar nutrientes continuamente y, por tanto, trabajar sin descanso para el beneficio del suelo y para producir plantas sanas y de calidad.

En realidad, la capa superior del suelo, es la parte más diversa de la tierra.

 

Cada vez más crece, entre los investigadores, la idea de que las comunidades de organismos presentes por encima del suelo se ven afectadas, directa o indirectamente, por interacciones con los organismos presentes debajo del mismo (entre otros motivos por efecto del movimiento de nutrientes y la inducción de mecanismos de defensa).

Buenas prácticas que mejoran la biodiversidad bajo el suelo son:

• reducción del laboreo
• aportación de materia orgánica y/o abono verde
• picado de restos de poda
• empleo de cubiertas vegetales

Mejorar la estructura física y biológica del suelo proporciona los siguientes beneficios:

• aporta nutrientes al cultivo
• mejora la estructura del suelo
• sirve de sustrato para una gran cantidad de organismos vivos
• favorece la penetración del agua y su retención
• disminuye la erosión
• favorece el intercambio gaseoso
• favorece el control biológico de plagas y enfermedades

Desde Kenogard podemos ayudarte con nuestras micorrizas MycoApply DR.

MycoApply DR. es un inóculo de 4 especies diferentes de hongos micorrícicos arbusculares vivos especialmente seleccionados por su capacidad para interactuar sinérgicamente entre sí, complementándose mutuamente para maximizar su capacidad colonizadora.

• Aumenta de 100 a 1.000 veces la superficie radicular de la planta.

• Mejoran la conductividad hidráulica insaturada optimizando la absorción de agua por parte de la planta y mejorando la tolerancia de la planta frente a condiciones adversas.
• Incrementan la producción de compuestos osmorreguladores, como la prolina y mejora los mecanismos relacionados con el intercambio gaseoso activando las aguaporinas.
• Protege a la planta frente a la contaminación de metales pesados (fitorremediación). Bloquean metales pesados disminuyendo su traslocación a la parte aérea.
• Incrementan la resistencia de las plantas frente a plagas y enfermedades. Estimulan los mecanismos de defensa de la propia planta (RSI).
• Mejoran la estructura del suelo y favorecen su conservación. Producen grandes cantidades de globalina, proteína no soluble en agua, que actúa como cementante de los agregados proporcionando estabilidad al suelo y mejorando el almacenaje de nutrientes y carbono.
• Interacciona con otros microorganismos de la rizosfera (bacterias fijadoras de N2).
• Todo el carbono que interviene en la simbiosis proviene del CO₂ atmosférico que ingresa en la planta a través de la fotosíntesis, lo cede al hongo y este, a su vez, lo exporta al suelo en forma de lípidos. Por este motivo, las micorrizas desempeñan un papel crucial para la disminución del CO₂ atmosférico (gas efecto invernadero).