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La importancia de la salud del suelo para la sostenibilidad

La sostenibilidad se ha convertido en los últimos años en un activo indispensable para los consumidores y los actores involucrados en prácticamente todas las industrias y regiones geográficas del mundo. En términos de agricultura sostenible, eso significa sistemas de producción de alimentos que repercuten beneficiosamente en las generaciones actuales y futuras.

Considerada por muchos como la nueva frontera de la agricultura, la salud del suelo tiene una correlación simple y directa con la sostenibilidad. Como el medio principal en el que se llevan a cabo las actividades de producción de cultivos, el suelo representa un denominador común que une los tres componentes del negocio sostenible en agricultura: personas, planeta y productividad.

Hay tres indicadores que se utilizan a menudo para caracterizar la calidad del suelo: propiedades químicas, propiedades físicas y biología del suelo. Para los productores, estos aspectos clave en la salud del suelo tiene relación con limitar la erosión (pérdida de fósforo), la adquisición de nutrientes y la disponibilidad y capacidad de retención de agua.

En muchos sistemas agrícolas, años de énfasis excesivo en las propiedades químicas y físicas han dado lugar a suelos que se han agotado biológicamente. En este sentido es sabido que las micorrizas son importantes hongos beneficiosos que comprenden una parte importante de la vida microbiana en el suelo. Estos hongos forman una relación simbiótica con aproximadamente el 85 % de las especies vegetales del mundo, contribuyendo a la salud de las plantas a través de una expansión de la zona radicular y reponiendo suelos agotados con importantes contribuciones a la estructura del suelo saludable. De hecho, los hongos micorrícicos arbusculares son un claro ejemplo de organismo beneficioso que aporta mejoras en productividad a corto plazo (salud de las plantas) y ambientales a largo plazo (salud del suelo).

Resulta de notable interés la contribución de los hongos micorrícicos a la estabilidad de agregados por medio de la producción de glomalina, una proteína clave para mejorar la estructura del suelo. Un suelo con una buena estructura es capaz de resistir la erosión y la compactación, proporcionar infiltración de agua y aire, mantener una cantidad saludable de agua y mejorar el acceso de las plantas a los nutrientes, creando una base óptima para los cultivos.

Izquierda: suelo control (cultivo sin aporte de hongos micorrícicos); derecha: suelo de cultivo inoculado con MycoApply DR

Estos son algunos de los importantes beneficios que aportan las cuatro especies de hongos micorrícicos del género Glomus que contiene el producto MycoApply DR. A estos beneficios debemos añadir otros ya conocidos como son el incremento de la capacidad de absorción radicular, la mejora de la eficiencia nutricional para un mejor aprovechamiento del agua y los nutrientes disponibles, y la mitigación del estrés abiótico,  que en consecuencia nos permitirá obtener cultivos más saludables y productivos.

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