Para optimizar el rendimiento y la calidad de la producción de los cultivos hortícolas se necesita incrementar el número de frutos con mayor valor comercial por hectárea. Este objetivo se consigue estableciendo un plan nutricional y de estimulación equilibrado adaptado a las exigentes necesidades de macronutrientes y micronutrientes en cada fase de cultivo.
Obtener una gran producción en el estado álgido de los frutos depende de las estrategias que se utilicen de inducción y diferenciación floral, polinización y cuajado bajo determinadas condiciones ambientales.
Durante la etapa de floración, polinización y cuajado, las plantas requieren aportes específicos para compensar el enorme gasto energético. A medida que el fruto se desarrolla comienzan a aparecer fenómenos como la competencia entre los frutos y las partes vegetativas por los fotoasimilados, y esta acción puede favorecer la caída de estos.
Se recomienda la aplicación de estimulantes para mejorar la producción de polen, su germinación y el desarrollo del tubo polínico para así obtener una óptima fecundación y un posterior cuajado del fruto.
Introducir estimulantes en un programa de abonado repercute en el metabolismo de las plantas generando la mejora del desarrollo, vigor, rendimiento y calidad de los cultivos.
Recomendamos estrategias con diferentes productos para las fases de floración y cuaje tanto vía foliar como vía radicular para aplicación en función del estado del cultivo.
Es una solución fertilizante rica en boro y molibdeno solubles en agua, fósforo (P2O5), potasio (K2O) y magnesio (Mg O) para aplicación foliar y radicular. El potasio de su formulación favorece el cuajado, adelanta la maduración, confiere mayor consistencia de la pulpa a los frutos y aumenta el contenido de azúcares. Gracias al molibdeno el hierro está disponible fisiológicamente dentro de la planta.
Está enriquecido con algas marinas (Ascophylum nodosum) con contenido de citoquininas y betaínas que aumentan la asimilación de nutrientes inorgánicos del suelo, incrementando la masa radicular y prolongando el periodo de maduración de los frutos, mejorando así su calidad final.
Se recomienda en tratamientos de prefloración, cuajado y desarrollo del fruto y en cualquier momento de la vegetación que suponga una mayor actividad fisiológica de la planta o la movilización de sus reservas. Su dosis aplicada vía foliar es de 200-300 cc/hl en pre y postfloración y vía radicular de 2-3 l/ha, realizando de 4 a 6 aplicaciones a lo largo del ciclo del cultivo.
Contiene una formulación óptima y equilibrada a base de molibdeno y boro de alta concentración, enriquecido con fósforo asimilable (P2O5). Actúa como estimulante de la floración y el cuajado favoreciendo el engorde de los frutos.
La aplicación de Karentol® Maxicuaje tiene un efecto positivo en la producción y fertilidad del polen, mejorando la fecundación de las flores y un correcto desarrollo del cuajado y fructificación mejorando el desarrollo y engorde del fruto.
Es ideal para aplicaciones en cultivos donde se solapan las fases de floración, cuajado y engorde, vía foliar a una dosis de 100-150 gr/hl en 2-3 aplicaciones cada 12-15 días al inicio de floración y en fertirriego a 1-1,5 kg/ha.
Es un producto a base de zinc (Zn) complejado por iones amonio, junto con otros microelementos.
Esta avanzada formulación de zinc mejora la actividad fotosintética incrementando la concentración de clorofila y aumentando el número de flores; mejora la producción de auxinas desarrollando un mayor sistema radicular; refuerza la pared celular, incrementando la absorción de todos los nutrientes y mejora el vigor de los cultivos, haciendo los entrenudos más cortos, alcanzando un efecto visual de una planta verde intenso. Se recomienda a una dosis vía foliar de 100-150 cc/hl y de 1-1,5 l/ha vía radicular.
Es un bioestimulante especial de origen 100 % vegetal autorizado en agricultura ecológica que incorpora en su formulación un conjunto de moléculas osmoprotectoras y antioxidantes permitiendo a los cultivos tolerar y recuperarse mejor del estrés abiótico. Su elevada concentración en glicina betaína y prolina asegura una excelente tasa fotosintética, mejora la síntesis de proteínas y favorece la fisiología general de la planta.
Su aplicación ha demostrado otros efectos positivos, visibles en las distintas fases fenológicas del cultivo: una mayor viabilidad del polen que favorece un aumento en el número de frutos cuajados y una mejora en cuanto al calibre, unos tejidos celulares más gruesos y resistentes, alargando la conservación en postcosecha ya que aumenta la firmeza de los frutos y la consistencia en cultivos de hoja.
Se puede aplicar vía foliar y por fertirrigación, durante todo el año a una dosis de 300-400 cc/hl o 3-4 l/ha en cultivos hortícolas. Recomendamos una primera aplicación al comienzo de la floración y aplicaciones cada 15 días durante la producción de fruto para aumentar el rendimiento del cultivo y reducir el rajado de la fruta.
Es una solución de abono a base de zinc (sulfato de zinc 3 %), que potencia el cuajado y la producción de los cultivos. Es un corrector de carencias de zinc que mejora el rendimiento y la calidad, favoreciendo el cuajado y número de frutos en numerosos cultivos. Está autorizado su uso en agricultura ecológica.
Se recomienda una primera aplicación foliar a inicio de floración (10-20 % de ores abiertas) y otra al final de la floración (80-90 % de ores abiertas).
Las aplicaciones deben ser a primera hora del día, temprano por la mañana, en condiciones de humedad a una dosis de 1 l/ha en unos 400 litros de agua.
