La gestión del suelo y el control de las malas hierbas es una actividad esencial dentro del manejo del cultivo del olivo, tanto para evitar la competencia que puede afectar al rendimiento productivo, como para mantener un estado del terreno que nos facilite las labores de recolección y que pueda contribuir a prevenir la erosión del terreno, así como el mantenimiento de una abundante fauna auxiliar.
En nuestras condiciones de cultivo, la emergencia de malas hierbas de otoño es la más importante, y habitualmente la estrategia de manejo de las fincas se plantea en base a su adecuado control. A finales de invierno e inicios de la primavera, se produce la emergencia de las malas hierbas de verano, que dependiendo del tipo de especies presentes y su nivel de presión, así como del posible uso de riego en la explotación, nos condicionarán la estrategia herbicida a seguir.
Dentro de las diferentes estrategias de aplicación de herbicidas, los tratamientos en otoño nos permiten optimizar varios objetivos a la vez: mantener el suelo limpio de cara a la recolección de la aceituna y evitar el desarrollo de adventicias en la primavera, que competirían por el agua y los nutrientes con el desarrollo del cultivo. La climatología habitual del verano ya no resultará tan favorable al desarrollo de adventicias, siendo indicado su posterior control principalmente en explotaciones con regadío, o en aquellas fincas en las que su elevada presencia haga recomendable el tratamiento (Figura 1).
En vista de la creciente problemática en el control de malas hierbas como Lolium spp., Bromus spp., Conyza spp., Malva spp., así como otras que van incrementando su presencia por la falta de una adecuada estrategia que evite la proliferación de malas hierbas menos sensibles, y con el objetivo de ampliar el espectro de acción al máximo posible y evitar una inversión de flora y una colonización de adventicias no deseadas, desde Kenogard hemos desarrollado, durante las dos últimas campañas (2020-21 y 2021-22), ensayos con la aplicación de Pledge® y su posible combinación o alternancia con otros herbicidas de uso habitual en el olivo, con el objetivo de optimizar el manejo de malas hierbas en función de la problemática de cada explotación. La alternancia y/o mezclas de herbicidas con diferente modo de acción (consultar clasificación HRAC) permite una estrategia preventiva de cara a la aparición de líneas resistentes de malas hierbas. Se define como resistencia “La capacidad heredable de un biotipo de una planta (mala hierba) para sobrevivir a la aplicación de un herbicida al cual la población original era sensible” (HRAC).
Las malas hierbas se definen como tolerantes o sensibles en base a su capacidad de inicio de sobrevivir o no a las cantidades recomendadas de uso de un determinado herbicida. En determinadas ocasiones se desarrolla la resistencia por un proceso mediante el que un biotipo determinado consigue anular la actividad fitotóxica del herbicida (la planta consigue evitar la retención, absorción, transporte o actividad metabólica de la materia activa).
Pledge® es un formulado herbicida a base de Flumioxazina 50% WP. La Flumioxazina pertenece a la familia de las n-fenilftalimidas (HRAC grupo E), que inhiben la enzima protoporfirinógenoxidasa (PPO). Las porfirinas acumuladas provocan en presencia de luz y oxígeno, la peroxidación de las membranas lipídicas, lo que conduce a daños irreversibles de la estructura y función de las membranas celulares. Los cloroplastos, en presencia de luz, producen oxígeno activo en lugar de O2, destruyendo las células. Sobre el suelo, actúa sobre la plántula y radícula (foliar + radicular) de la semilla en germinación, y sobre las plantas desarrolladas, provoca clorosis y necrosis de las partes verdes (Figura 2). El uso de Pledge® y su posible mezcla con otros herbicidas permite un control prácticamente completo de todas las malas hierbas que en algunos casos llega hasta los seis meses posteriores a la aplicación, cubriendo los periodos de mayor actividad, desde antes de la cosecha con las primeras lluvias de otoño hasta la entrada del verano, cuando la competencia de las malas hierbas ya no resulta un problema.
Esta alternancia y/o combinación con otras materias activas ofrece, además de un amplio espectro de acción y una eficacia duradera, una potente estrategia anti-resistencia, con el uso de varios modos de acción y distintas vías de actuación (foliar y radicular).
El uso de Pledge®, que puede actuar en diferentes situaciones de humedad, posibilita una menor dependencia de la climatología para su adecuada persistencia. Es aconsejable realizar las aplicaciones en otoño, ante las primeras lluvias, cuando la mayoría de las adventicias empezarán a emerger, para una mejor eficacia del tratamiento y procurando una buena calidad de aplicación que nos posicione correctamente el producto en el suelo, y que nos permitirá una adecuada persistencia.
En nuestros ensayos, principalmente hemos comparado la aplicación de Pledge® a diferentes dosis autorizadas (obteniéndose, en general, mejores resultados cuando aplicamos a 700 g/ha), así como su aplicación en preemergencia (A, con el suelo todavía limpio de malas hierbas) o postemergencia temprana (B, hierbas recién emergidas, hasta dos hojas verdaderas). Los resultados muestran mayores eficacias cuando aplicamos en pre-emergencia de hierbas (A). Además, como se observa en los gráficos, Pledge® muestra un amplio espectro de acción y eficacia frente a las principales malas hierbas que se desarrollan en el cultivo, posibilitando un control óptimo en las parcelas tratadas (Gráficos 1, 2 y 3).
Pledge® tiene el uso autorizado en olivo a partir del primer año de la plantación, por lo que resulta una herramienta idónea para el manejo de nuevas plantaciones, ya que la mayoría de los herbicidas remanentes no tienen el uso autorizado hasta los 3-4 años. Para complementar la acción de Pledge® en tratamientos de postemergencia temprana, puede ser adecuado la mezcla con Rotundo® 360 Top (Glifosato 36% SL). Otras posibles mezclas son Herbicruz® M 50 (MCPA sal amina 50% SL) para malas hierbas de hoja ancha, o Redeem (Fluroxipir 20% EC), especialmente indicado para control de malas hierbas difíciles para Glifosato como son Malvas y Galium spp.
Por otra parte, estimamos oportuno mostrar también los resultados obtenidos (Gráfico 4) en una parcela donde la aplicación de Flazasulfurón no consigue un adecuado control de Lolium, posiblemente debido a la selección de biotipos resistentes después de aplicaciones repetidas durante sucesivas campañas con la misma materia activa. Estos datos nos confirman la necesidad de insistir en la alternancia de materias activas para evitar el desarrollo de resistencias en nuestras parcelas, de difícil reversión.
En resumen, la aplicación en otoño de Pledge®, solo o en mezcla y/o alternancia con otras sustancias herbicidas, nos permite un adecuado manejo del suelo en los cultivos de olivar, mostrándose como una perfecta elección para la consecución del objetivo buscado.
Más info: https://kenogard.es/product/pledge/