Combatimos el acoso de cualquier tipo para asegurar un ambiente de trabajo de respeto e igualdad.
El acoso sexual en el ámbito profesional no es un tema baladí. Puede que no se hable de él tanto como se debería, pero precisamente por eso es tan importante la acción de visibilizarlo. Campañas como #MeToo en Hollywood han conseguido poner el tema en la palestra. Aun así, no hace falta ir a Los Ángeles para que se den estos casos. Se trata, al fin y al cabo, de un problema global que se puede dar en espacios de trabajo de todo tipo, ya sea en forma de coacción para mantener relaciones sexuales, paternalismos innecesarios o despidos por embarazo, seguido de un largo etcétera.
En el ámbito profesional, este comportamiento o situación no deja de ser lo que a día de hoy llamamos mobbing o acoso laboral.
El acoso laboral es un problema de todos y es necesario unir fuerzas para actuar contra él.
Las víctimas de mobbing pueden llegar a sufrir secuelas de diversas tipologías: baja autoestima provocada por las agresiones o humillaciones, descenso de la motivación que pudiera significar absentismo laboral, cambios o desórdenes en sus relaciones con otros compañeros de trabajo o en su vida personal, repercusiones en la salud mental (estrés, ansiedad, depresión y trastornos del sueño, entre otros), enfermedades físicas (cefalea, irritabilidad estomacal y/o de la garganta), pérdida de confianza en uno mismo y hacia los demás compañeros y, en última instancia, el acoso laboral puede llegar hasta el suicidio.
Kenogard reconoce la lucha contra el mobbing y contra el acoso sexual en el trabajo como una responsabilidad de la empresa. Por eso, nos comprometemos con nuestro Objetivo de Desarrollo Sostenible nº5 a garantizar la Equidad de Género. Para ello, hemos elaborado una política interna contra el acoso que se integra en nuestro Código Ético.
Entre nuestras medidas para garantizar un buen clima laboral contamos con acciones preventivas como la sensibilización a la plantilla; la tolerancia 0 a conductas de acoso, siguiendo las medidas disciplinarias que dicta la ley vigente; promover la corresponsabilidad a la hora de detectar situaciones de mobbing; favorecer la comunicación interna y difundir los protocolos de actuación frente al acoso a todos los trabajadores.
La concienciación y el respeto son pilares básicos para nosotros y nuestra mejor protección contra el acoso laboral.
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